Hoy escribiré con tinta de plata líneas de tú experiencia, matizadas por el tiempo con palabras de sabiduría, tiernas historias que de niña escuchaba, relatos mágicos, aventuras adorables, personajes fantásticos salidos de la experiencia.
No importa el tiempo, ni tampoco la forma en que resuma tantas vivencias. Historias que contadas llenas de emoción y sabiduría, llevándome por lugares preciosos, recorriendo los campos sembrados de maíz, aromatizados por la lluvia y el sudor de tu frente que pacientemente aran la tierra. Campos verdes o dorados son testigos fieles de horas de lucha constante de una juventud que se transforma al compaz de la marimba que entrelazan su cantar con los telares.
Largo caminar que forja futuro, fotografiando en la mente el caminar por nuestra tierra, echando a andar a las bestias de carga que una a una acompañan tu andar. Leyendas míticas que se escriben mientras gritas “arre”, deliciosas crónicas que nacen en tus labios al recordar esos caminos llenos de tu juventud.
“Abuelito, dame un beso”, cantaba mientras reías y ásperas manos cubiertas de polvo acariciaban unas trenzas que al paso del tiempo… historia fueron.
Los años bañaron de plata el cabello y se marcaron los surcos de la experiencia en las manos que continúan acariciando la semilla para preparar la siguiente siembra… siembra acompañada de un lento caminar.
Hoy la marimba dejo de tocar, el telar se quedó en el olvido, las bestias dejaron de caminar y los campos extrañan tu andar.
Nota:
La imagenes fueron tomadas de la red...