miércoles, 21 de septiembre de 2011

POEMAS POR LA PAZ


Una buena forma de ir contra la guerra en una biblioteca es divulgar la obra de los poetas que con palabras emocionantes, mucho más impactantes que las balas, le han hecho frente. Las personas somos una mezcla de razón y sentimiento; en las grandes cuestiones necesitamos alimentar el corazón tanto como la cabeza, y los poetas saben alimentar el corazón. Por eso la biblioteca pública de Guadalajara, junto con la Coordinadora local de ONGs y el movimiento ciudadano contra la guerra convocó en aquellos días una velada poética. A continuación comparto uno de ellos.


CERCADOS POR EL MIEDO                          Julio Ameller


Cercado por el miedo
vivimos formulando preguntas sin respuesta.
Acechante el insomnio nos anuncia la hora
del último naufragio
en grises cementerios sin cruces ni sepulcros. Un día
me dijeron que debía matar.

En mis manos recién adolescentes,
en mis oscuras manos que conservaban tibio
el llanto de mi madre,
pusieron un fusil.

Y me hablaron de cosas y de cosas.
Me enseñaron el arte sutil de la emboscada
y urgieron mis oídos con siniestras canciones.

Era yo un adolescente
con los ojos abiertos al milagro del alba,
del viento y de los mares,
y debía matar.
Unos hombres sin nombre,
cegados por el sucio designio de otros hombres
reptaban -como yo- en la maraña.

Me debían matar.

Dime, soldadito:
nuestros uniformes son distintos
nada más ¿no es verdad?
Y en tu vieja cabaña que nunca visitaron
los que entregan fusiles
alguien quedó llorando, también, ¿no es verdad?

¿Qué hacemos desolado camarada,
qué hacemos con los hombres que nos dan fusiles?

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